martes, julio 4

Horas extraordinarias en la sanidad pública aragonesa en vez de contrataciones

Los hospitales públicos aragoneses han tirado de horas extraordinarias y prolongaciones de jornada de sus médicos ante la falta de medios para hacer frente a las listas de espera. El consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sebastián Celaya, cuantifica en casi 9.000 las intervenciones quirúrgicas realizadas en el último año en esos centros mediante la fórmula de las peonadas, a las que la Administración se refiere como “autoconcertación” y que han tenido un coste de 810.047 euros, a menos de 100 por operación.


“Se realiza con recursos humanos y materiales propios y fuera de la jornada ordinaria de trabajo”, señala en una respuesta parlamentaria a la diputada del PP Carmen Susín, en la que señala ese modelo como “una de las herramientas que el sistema público de salud de Aragón utiliza para reducir las listas de espera tanto en pruebas diagnósticas y consultas externas como en intervenciones quirúrgicas”.

Celaya sostiene que el autoconcierto es “solo una herramienta más de las que el Departamento de Sanidad viene utilizando, con resultado más que notable, para la reducción de la lista de espera quirúrgica, objetivo estratégico para toda la legislatura”, ya que la cifra de 2.717 aragoneses en “lista de espera quirúrgica de carácter estructural (por motivos atribuibles al servicio de salud) de más de 6 meses” de agosto de 2015 se había reducido a 2.166 en abril de este año, “lo que supone una reducción del 20,2%”.

6.000 cataratas en un año

El hospital que más tira de esta fórmula es el Provincial de Zaragoza, donde las 6.000 operaciones anuales de cataratas han tenido un coste de 219.098 euros en los últimos tres años. Le sigue en volumen el Miguel Servet, en el que, entre el 1 de noviembre y el 7 de junio, se han realizado 2.547 intervenciones quirúrgicas de varios tipos (cardiología y neurocirugía incluidas) con un coste de 317.118 euros.

En el Clínico, 200 operaciones de cirugía ortopédica y traumatología, angiología y vascular, entre otras, realizadas del 16 de noviembre al 13 de enero y el pasado mes de abril han salido por 127.487 euros, mientras en el Royo Villanova se contabilizan desde mediados de noviembre otras 200, más el apoyo a las intervenciones de cataratas en el Provincial, que suman un coste de 117.611.

Fuera de Zaragoza, el único centro hospitalario con un volumen destacable de peonadas ha sido el de Barbastro, donde las 128 operaciones efectuadas entre enero y marzo de 2016 costaron 27.200 euros y las 17 practicadas este año suponen 811. La cifra es más reducida en los hospitales de Huesca, Teruel y Alcañiz y no se realizan en el de Jaca.

Cumplir los niveles de actualidad

Celaya, no obstante, admite que esta fórmula, que se aplica en centros cuyos médicos “hayan cumplido los niveles de actividad pactados” dentro de su jornada y en el que se priorizan “las actuaciones sobre aquellos pacientes que llevan un mayor tiempo de espera”, es, en el fondo, una rémora de las prácticas sanitarias de hace casi medio siglo. “El autoconcierto como ampliación de la jornada ordinaria –señala- viene a dar respuesta a la necesidad de optimizar los recursos materiales del sistema público de salud dado que tradicionalmente y derivado de las normas de los años 70, la actividad ordinaria se concentraba en horario de mañana”.

El Departamento de Sanidad y las direcciones de los centros aplican, para cubrir esas peonadas, fórmulas como programar operaciones por las tardes para los médicos que optan por renunciar a las guardias tras cumplir los 55 años, que reciben a cambio un plus; establecer prolongaciones de jornada propiamente dichas, con su correspondiente remuneración, y, ya sin pagos extraordinarios, permitir que algunos médicos libren alguna mañana para trabajar por la tarde y formalizar contratos con turnicidad.

La realización de peonadas es voluntaria por parte de los médicos, mientras que sus servicios deben cumplir varios requisitos como tener “dificultades importantes y mantenidas en el tiempo para la cobertura de sus plazas de facultativos” y cubrir en su jornada ordinaria “el nivel de actividad pactado y recogido en el correspondiente Acuerdo de Gestión Clínica que firman con la dirección del hospital cada año”.

Los pacientes incluidos en esta modalidad deben llevar al menos 120 días de “espera ‘estructural’, es decir, atribuible al propio sistema de salud y no a otras causas” como rechazos y patologías intercurrentes.

eldiario SATTRA | Imagen agencias sociales