Como muchos ya sabéis, nuestro compañero Francisco conducía el pasado miércoles la línea 39 por el Puente de Piedra cuando vio a una persona fuera de la barandilla, agarrada precariamente a la piedra. Sin dudarlo, detuvo el autobús y bajó para ayudarle. Al acercarse, el hombre le amenazó con soltarse si seguía avanzando. Francisco habló con él para ganar tiempo... Mientras, otro compañero de la línea 28, que llegaba en ese momento, también se detuvo y llamó a la policía.
Poco antes de que llegaran los agentes, el joven gritó: '¡Dile a mi madre que me perdone!' y se lanzó al vacío. Pero Francisco reaccionó al instante: lo agarró en el aire con tal fuerza que su camisa se rasgó, arriesgando su propia vida. Su determinación y coraje impidieron lo imposible: salvarlo en el último momento.
'¡No puedo más! ¡No merece la pena! ¡Nadie me entiende! ¡Qué asco de vida! ¡Nadie me echará de menos! Esta noche, a las 23:45, todo terminará aquí. Seré invisible para los que pasen...'
Pero te equivocaste. No contabas con nuestro compañero, con tu ángel de camisa azul. Francisco Javier Postigo iba al volante de su autobús, en el lugar y la hora exactas en que decidiste acabar con todo. Te vio, paró y corrió hacia ti. Escuchó tu dolor, empatizó con tu desesperación.
Cuando gritaste '¡Perdóname, madre!' y saltaste, él no lo dudó: se lanzó tras ti, te sujetó en el aire y, con una fuerza nacida del puro instinto de salvar, te devolvió a la vida. Su camisa quedó hecha jirones, pero su humanidad intacta.
Este acto heroico no ocupará portadas, ni tendrá medallas. Ni siquiera la empresa para la que trabajamos —esa que sanciona por nimiedades pero ignora gestos como este— ha reconocido su valentía.
Por eso, desde SATTRA, en nombre de todos los compañeros, queremos decirte:
Gracias, Francisco. Por tu humanidad, por tu rapidez, por arriesgar tu vida sin pensar en consecuencias. Orgullosos de tenerte entre nosotros, porque en esta empresa, afortunadamente, hay más ángeles como tú que demonios.
Francisco Javier Postigo.
Conductor. Perceptor n.º 4658.
Un héroe sin titulares, pero con nuestro eterno agradecimiento."