En un artículo incluido en el informe trimestral de la economía española del segundo trimestre, la institución que gobierna Luis María Linde ha analizado otros métodos de medir el desempleo distintos al oficial. La definición actual de desempleo que se utiliza en España y en otros países europeos, siguiendo criterios de Eurostat, así como en los demás países desarrollados, sigue los criterios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), según los cuales se consideran paradas a las personas que, en el momento de ser encuestadas, afirman que desean trabajar, que están disponibles para hacerlo en un plazo de dos semanas y que han buscado trabajo en el último mes.
No obstante, el Banco de España entiende que esta definición podría ser "demasiado estricta", especialmente en periodos de crisis, para valorar el tamaño de la población desempleada, por lo que considera que, para determinados análisis del mercado laboral, podría ser útil "relajar" los criterios de la definición oficial de paro. Así, tal y como hacen instituciones como la OCDE o el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, el Banco de España elabora en este artículo tres medidas alternativas del desempleo.
La primera consiste en añadir al colectivo de desempleados a los inactivos "desanimados", es decir, a quienes no buscan un empleo porque piensan que no lo van a encontrar. La segunda alternativa pasa por incluir además a todos aquellos inactivos que, aunque no buscan empleo por cualquier otro motivo, están disponibles para trabajar y quieren hacerlo, y la tercera incorporaría a quienes están buscando un empleo al que, por cualquier razón, no pueden incorporarse inmediatamente.
Una cuarta vía que también podría ayudar a conocer mejor los recursos "ociosos" del mercado de trabajo es contabilizar también a los trabajadores a tiempo parcial que quieren trabajar más horas (subempleo), aunque incluir en esta definición a este colectivo sólo aumentaría la oferta de trabajo de manera parcial, según precisa el Banco de España.
La conclusión a la que llega la institución es que la inclusión como desempleados de todos estos colectivos elevaría la tasa de paro, aunque de forma poco significativa, salvo cuando se contabiliza a los subempleados, donde este impacto es mayor. Así, mientras que, según la definición oficial de paro, la tasa de desempleo aumentó en 19 puntos entre el tercer trimestre de 2007 y el primero de 2013, cuando ésta alcanzó un máximo del 26,9%, este incremento se elevaría hasta los 23,1 puntos incluyendo a los subempleados que desearían trabajar más horas, superando incluso el 35% en el punto más alto de la serie.
Cuando se utilizan las diferentes alternativas de inactivos, los aumentos de la tasa de paro en este periodo son parecidos a los de la definición oficial, de 19,4 puntos incluyendo a los 'desanimados', y de 19,8 puntos si se contabilizan a todos los disponibles. Desde los máximos alcanzados a principios de 2013 hasta finales de 2016, la tasa de paro desciende en más de 8 puntos en todas las definiciones consideradas, salvo en el colectivo de empleados a tiempo parcial que quieren trabajar más horas, donde el recorte es más reducido.
Se duplica el empleo parcial involuntario
El Banco de España señala que el mayor aumento del paro cuando se considera a los trabajadores subempleados se debe al incremento que experimentó el empleo a tiempo parcial en este periodo, desde el 11,7% de finales de 2006 al 15,3% a cierre de 2016, y sobre todo, al aumento del tiempo parcial involuntario, que ha pasado de representar cerca de un 30% a superar el 60%.
Además, la institución que gobierna Luis María Londe observa una "acusada reducción" de la probabilidad de pasar a un empleo a tiempo completo desde un empleo a tiempo parcial involuntario. Esta probabilidad se situó en el 17,5% en 2016 (20% en el caso de los que tenían un contrato a tiempo parcial por otros motivos), cuando antes de la crisis la probabilidad de pasar a un empleo a tiempo completo era superior entre aquellos con contrato a tiempo parcial involuntario.
"La evolución más reciente de estas entradas, en las que no se observa una vuelta a los niveles previos a la crisis, podría indicar que parte del aumento del volumen de trabajo a tiempo parcial se habría convertido en permanente en el mercado laboral español", subraya el organismo, que considera que las reformas legales aprobadas en los últimos años, entre ellas la laboral, que permitió la realización de horas extraordinarias en los contratos a tiempo parcial, ha podido influir en esta evolución.
Pero no sólo los subempleados no han visto aumentar sus probabilidades de encontrar un empleo en los últimos tiempos. El Banco de España también señala que la recuperación del mercado laboral en los últimos tres años tampoco ha incrementado esta probabilidad en el caso de los inactivos 'desanimados' o entre quienes no buscan empleo por otros motivos. En todo caso, la institución señala que estas formas alternativas de medir el desempleo no pueden reemplazar a las habituales, que han sido construidas por instituciones internacionales, "haciendo uso de los más estrictos controles de calidad estadística".