No es la primera vez que la empresa concesionaria del bus en la ciudad sufre el precinto de uno de sus buses por el contagio de uno de sus trabajadores por covid-19, se desconocen de hecho los datos de cuántos trabajadores pueden haberse contagiado, tampoco de si algún usuario del transporte público en alguna ocasión ha terminado contagiado o contagiando por desplazarse en uno de los buses antihigiénicos que todavía desconocemos cómo fueron valedores de conseguir un galardón AENOR por la limpieza.
Para Avanza Zaragoza evitar los riesgos laborales no es una opción, ello tiene un coste económico y por tanto se niega sistemáticamente a proporcionar a su plantilla los EPIS necesarios para evitar el contagio, según la opinión de los gestores del bus, es suficiente con un cristal de separación que siempre cuenta con no pocos agujeros para diversas funciones que en su momento no contaban con un virus tan letal.
Incluso algunos cargos intermedios han puesto el punto sobre I indicando que la policía local puede llegar a multar por no llevar mascarilla mientras se conduce, con posterioridad según sus superiores la información no es correcta y no dudan en contradecir a sus subordinados.
Independientemente de la ley, no cabe duda que los conductores de Avanza Zaragoza son personal de riesgo, considerado incluso fundamental declarada la alarma y que se juega la vida diariamente junto a la de sus familiares careciendo de todo material necesario para evitar los precintos de buses por contagios de la plantilla.
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