En el artículo del PeriodicodeAragón se recoge una entrevista con Carlos Agulló, actual director de Avanza Zaragoza, la empresa concesionaria del transporte urbano de la ciudad, del pasado domingo 27 de Abril, incluimos un un resumen:
Balance positivo: Agulló destaca que el servicio ha mejorado en los últimos años, con una mayor puntualidad y flota renovada (incluyendo autobuses eléctricos e híbridos).
Retos actuales:
Falta de conductores: Reconoce dificultades para cubrir plantilla, lo que afecta a la frecuencia en algunas líneas.
Obras urbanas: Las obras en la ciudad (como las del tranvía) generan retrasos, aunque trabajan con el Ayuntamiento para minimizar impactos.
Futuro:
Expansión eléctrica: Avanzan en la electrificación de la flota, con más puntos de carga.
Nuevas líneas: Estudian ampliar rutas en zonas de crecimiento demográfico (como Valdespartera).
Tarifas: No descartan ajustes, pero priorizan mantener la accesibilidad.
Críticas: Responde a quejas por saturación en horas punta, explicando que están optimizando recursos.
Conclusión: Agulló proyecta una imagen de mejora continua, aunque admite desafíos operativos. El enfoque está en sostenibilidad y adaptación a la demanda.
Aunque Carlos Agulló presenta una imagen conciliadora y de progreso en la entrevista, su gestión real en Avanza Zaragoza dista mucho de ser tan positiva. Detrás del discurso de "mejora del servicio" y "compromiso con la sostenibilidad", se esconde una política laboral agresiva y sancionadora, implementada a través de su equipo de Recursos Humanos, que ha llegado para romper con cualquier resquicio de diálogo o moderación anterior.
1. Doble discurso: "Preocupación por la plantilla" vs. sanciones arbitrarias
Agulló menciona la falta de conductores como un problema externo, pero omite que la empresa ha endurecido las condiciones laborales, aplicando sanciones desproporcionadas por faltas menores.
El departamento de RR.HH., bajo su supervisión, ha sido utilizado como herramienta de presión, generando un clima de miedo e inseguridad entre los trabajadores.
2. Hipocresía en la "modernización"
Se jacta de la flota eléctrica y nuevas líneas, pero no contrata el personal necesario y sobrecarga a los conductores, afectando directamente al servicio.
Las quejas por saturación en horas punta no se solucionan con mejoras reales, sino con exigencias abusivas a la plantilla.
3. Falta de transparencia en las negociaciones
Habla de "colaboración con el Ayuntamiento", pero evita mencionar los conflictos con sindicatos por los despidos encubiertos y el acoso laboral a empleados críticos.
Las promesas de estabilidad chocan con la realidad: contratos precarios y represalias ante reivindicaciones.
Conclusión: Autoritarismo disfrazado de progreso
Agulló es el claro ejemplo de un directivo que vende imagen moderna mientras aplica políticas de mano dura. Su gestión ha convertido Avanza Zaragoza en un modelo de precarización encubierta, donde la sostenibilidad parece importar más que los derechos de los trabajadores.
¿Lobo con piel de cordero? Sin duda.
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