Todas las plazas de ascenso a categoría A han sido adjudicadas a los trabajadores de mas reciente ingreso contratados por el nuevo gerente y jefe de taller, dejando fuera a compañeros con años de experiencia, preparación y compromiso. Todo muy casual. Todo muy transparente. Todo muy “igualitario”.
Desde SATTRA hemos pedido explicaciones a la empresa sobre los criterios utilizados para estos ascensos, así como información sobre la veracidad y naturaleza de la prueba realizada. Porque claro, en una empresa seria se presupone que los procesos internos deben basarse en principios objetivos y no en decisiones arbitrarias dignas de una telenovela caribeña.
Y aunque al principio la empresa guardo silencio, finalmente el jefe de taller ha tenido el cuajo de llamar uno a uno a los trabajadores para decirles -agárrense- que se fíen de su criterio personal, que él es un tipo honesto, con ética y que toma decisiones justas. Nada de documentos, puntuaciones, ni baremos claros: aquí todo se fía a la palabra del “jefe honrado”. Una gestión digna de una república bananera, con su propio comandante jefe de las tropas de taller incluido.
Por si fuera poco, tampoco se ha cubierto el 30% de las plazas ofertadas, algo que no parece responder a ninguna razón técnica. Más bien huele a estrategia: dejar huecos libres justo antes del verano para colocar después, con total discreción, a algún primo, amigo o conocido de algún jefe o gerente, metiéndolos primero en categoría B y, al cabo de un año, regalar el salto a categoría A. Una auténtica vergüenza.
Y sí, en esta empresa siempre ha habido mamoneo con los ascensos. No vamos a fingir sorpresa. Pero tan descarado, tan evidente, tan insultante como esta vez, jamás. Ya ni se molestan en disimular. Se sienten impunes y actúan como si esto fuera su finca particular.
Lo que si esta claro es que aquí la meritocracia brilla por su ausencia. En lugar de premiar la trayectoria, la dedicación o la formación, se premia la cercanía a los despachos. Porque si en esta empresa se asciende “a dedo”, al menos podrían montar una gala, con alfombra roja y discursos de autosatisfacción, como cuando se proclamaron “Mejor Empresa de Aragón 2025”. El espectáculo sería más pomposo, aunque igual de bochornoso.
Desde SATTRA seguiremos exigiendo transparencia, justicia y respeto. No vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras se juega con las aspiraciones de los trabajadores. Porque esto no es un cortijo, aunque algunos lo estén gestionando como si lo fuera.
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